La naranja mecánica (¨A clockwork
orange¨, Stanley Kubrick, 1971,
USA):
Uno de los films más polémicos de la
historia del Cine y que curiosamente llegó a alcanzar hasta cuatro nominaciones
a los Oscars de 1971 como mejor película, director, guión adaptado y montaje,
si bien no obtuvo ninguno de ellos.
La controvertida novela de John Anthony Burgess Wilson (Manchester,
1917-1993), publicada en 1962, tuvo que esperar hasta el 20 de Diciembre de
1971, para el estreno mundial de su versión cinematográfica con guión del
propio Kubrick, no estrenándose en España hasta el 27 de Noviembre de
1975 (una semana después de la muerte de Franco). La exhibición de la
película llevó consigo el éxito de la novela que hasta entonces había pasado
desapercibida. Anthony Burgess, que allá por 1971 residía en Nueva York,
empezó a recibir llamadas telefónicas y cartas donde se le acusaba de generar
la violencia en los jóvenes: "yo me convertí en el padre de la
violencia" llegó a declarar el propio escritor. Su exhibición fue
prohibida en Gran Bretaña por orden de Kubrick en 1973, quizás debido al
gran éxito que estaba cosechando entre las bandas juveniles que imitaban las
hazañas de Álex (Malcolm McDowell) y sus amigos. En los Estados Unidos
fue clasificada X, prohibiéndose su publicidad en la prensa y teniendo Kubrick
que realizar modificaciones. Tuvieron que pasar veintisiete años y la muerte de
Kubrick (en 1999) para que en marzo de 2000 sus herederos dieran la
autorización para su reestreno en Londres.
En esta aparente apología de la violencia y su posterior
adaptación redentora del hombre al Sistema, se encierran múltiples
interrogantes acerca de la condición humana como titularía André Malraux.
La familia, la ultra-violencia, la soledad, las drogas, se dan cita en esta
película, deplorada por muchos y ensalzada por otros, y en donde en ningún
momento aparecen naranjas ni extraños mecanicismos que pudieran aclarar la
significación de su título.
Stanley Kubrick realizó una adaptación más o menos fiel al
original de la novela, incluyendo algunas licencias particulares como la
inclusión del tema de "Cantando bajo la lluvia" en una estilización
irónica de la violencia. Álex que en la novela tiene 15 años, fue interpretado
en la película por Malcolm McDowell, que no guardó especial buen
recuerdo de este rodaje, y que aparentaba algunos años más. Curiosamente lo
mismo hizo Kubrick con su adaptación de la "Lolita"de Vladimir
Nabokov (1955), si en la novela la niña-mujer tenía 12 años, en la película
era una adolescente de 15 años (Sue Lyon) que interpretaba a una
mujercita de 17. En "La naranja mecánica" Kubrick respetó el
desarrollo narrativo de la obra literaria, dividida en 3 partes de siete
capítulos cada una, si bien, y debido a la exclusión inicial en la edición
americana del capítulo 21 por exigencias del editor de Nueva York, la película
de Kubrick finaliza en el capítulo 20 de la novela, con ese lacónico
"Sin lugar a dudas, me había curado", es decir, Kubrick,
siguió la edición americana de la novela para su película, ignorando ese último
capítulo sí incluido en la edición británica.
En la película no se menciona en ningún momento nada
referente a las "naranjas", sí dejándose entrever el mecanicismo del
aparato gubernamental. En la obra literaria, por el contrario, sí existe esa
referencia, incluso como título de una supuesta novela. En el capítulo 2 de la
Parte I, cuando Álex y sus tres "drugos" visitan una apartada
residencia llamada sarcásticamente "Hogar", golpean salvajemente al
matrimonio que la ocupa, siendo él un escritor que trabaja en su novela
titulada "La naranja mecánica", título que Álex considera
"glupo", es decir, estúpido, leyendo en sus páginas la justificación
del mismo:
"Para oponerme al intento de imponer al hombre,
criatura que crece y puede demostrar bondad, que es capaz de beber el néctar
que brota de los labios barbados del Señor, para oponerme al intento de
imponerle leyes y condiciones sólo apropiadas para una creación
mecánica...".
En el capítulo 4 de la Parte III, cuando Álex, ya reciclado por el método Ludovico, vuelve
accidentalmente al "Hogar" y se encuentra de nuevo con el escritor,
descubrimos que la mujer de éste murió a consecuencia de la paliza que recibió,
vuelven a mencionar el título de la novela ya publicada y que Álex hojea sin llegar a comprender su lenguaje pero
extrayendo la conclusión principal de que el Estado estaba convirtiendo a todos
los individuos en meros mecanismos.
La intención que tenía Burgess con la escritura de
esta obra era mostrar cómo eran realmente las cosas y profetizar cómo serían en
el futuro, manteniendo la teoría de que los jóvenes tienen mucha energía pero
no saben que hacer con ella, no son capaces de crear, porque no han aprendido a
crear y por lo tanto se dedican a destruir. Algunas veces pueden ser utilizados
por grupos políticos, terroristas, para emplear sus energías en fines
destructivos.
Escribía Anthony Burgess en
Noviembre de 1986, que el origen de este título estaba en una vieja expresión
londinense "Ser más raro que una naranja mecánica", algo parecido a
nuestro "perro verde", si bien, él lo aplicaba con otras
connotaciones: el libre albedrío del que hablaba San Agustín del hombre para
hacer el bien y el mal, se enfrenta al mecanicismo inducido por Dios, el
Demonio o el Estado "que sustituye a los dos", es en esa elección
moral donde el hombre es auténticamente libre, el hombre cuya esencia rebosa
"jugo y dulzura" como el interior de las naranjas (algunos serían más
bien pomelos) con aspecto rugoso en su exterior pero dulce en su interior,
"si quitamos el jugo y lo rellenamos con engranajes, lo convertimos en una
especie de bomba, esto es un pecado", estamos matando una cosa viva,
convirtiéndolo en una máquina". El capítulo 21 de la novela nos muestra el
cambio de Álex hacia el Bien, lo que en opinión del autor constituye un
elemento novelesco: los seres humanos cambian; sin embargo en la película, la
no inclusión de este "epílogo" impide al personaje esa
transformación, de ahí el sarcasmo final de su supuesta curación, acompañado de
la imagen violenta del sexo. Para Kubrick es el poder del Estado el que
utiliza para sus fines al individuo anclado en el Mal, para Burgess, el
individuo supera el condicionamiento social para extraer de sí su auténtica
esencia.