ENRIQUE
JARDIEL PONCELA
(Texto revisado el 20 de noviembre de 2017)
(Caricatura añadida el 20 de noviembre de 2017)
Se celebra este año
el centenario del nacimiento de ese madrileño menudo y de ojos tristes que era Enrique Jardiel Poncela. Aún hoy,
cincuenta años después de su muerte, persiste cierta desazón respecto a la obra
literaria, principalmente teatral, de un autor que fue blanco de la
incomprensión de gran parte de la crítica, de un autor que intentó “renovar la risa” apartándose de la
ortodoxia teatral establecida –ni Benavente
ni Muñoz Seca- con planteamientos
tan audaces e inverosímiles, tan alejados de la realidad y presentados de forma
tan desaforada, que resultarán precedentes claros del posterior “teatro del absurdo” de Ionesco o Beckett. La escritura en los Cafés, que alguno definió como “delito de lesa literatura”, los furibundos
estrenos donde acudían “cojos embastonados” para armar bronca, los difusos límites
entre el éxito y el fracaso de sus obras, amadas y denostadas quizás a partes
iguales, sus afinidades políticas, aunque ya en 1947 se declaraba como demócrata sin ningún tipo de
militancia... todo ello formará parte de una obra estrictamente personal
Nació el 15 de octubre de 1901 en la
calle del Arco de Santa María (hoy Augusto Figueroa) hijo de un periodista y de
una pintora, estudió en la Institución Libre de Enseñanza, en la Sociedad
Francesa y en los Padres Escolapios de San Antonio Abad (una mezcla que él
mismo definió como “explosiva”).
Creció en un ambiente intelectual donde “tuvo
nociones de lo que era el socialismo antes de tener nociones de lo que era el
fútbol”. Empezó a estudiar Filosofía y Letras y pronto colaboró en el
diario “La Acción”; de aquí
pasaría al periódico donde trabajaba su padre “La Correspondencia de España” con una sección diaria y firmada.
Antes de cumplir los veinte años ya frecuentaba el viejo Café Europeo de la
Glorieta de Bilbao, lugar donde se reunían, entre otros, jóvenes como Carlos Fernández Cuenca, Manuel Martínez Gargallo y César González Ruano. En 1922 y durante
varios años escribiría en las páginas de la revista “Buen Humor”; este mismo
año comenzó su carrera literaria publicando en el mismo periódico que su padre
un folletón por entregas titulado “El Plano Astral”.
1927 fue sin duda, un año feliz en la vida de
Jardiel, nació (estando él soltero)
su hija Evangelina, estrenaría, por
vez primera, una comedia suya en teatro, “Una noche de primavera sin sueño”
que supuso un giro en su manera de entender el género cómico, e intervendría,
también por vez primera, en el guión de la película de Carlos Fernández Cuenca “¡Es mi hombre!”. En noviembre de este mismo año Ramón Gómez de la Serna, el padre del vanguardismo español, había
creado un programa de radio conocido como “¿Qué haría usted si perdiera la cabeza?” donde participaban la “pandilla de humoristas” entre los que
se encontraba Jardiel. En 1928 Arturo Ruiz-Castillo, editor de “Biblioteca Nueva” que escuchaba
habitualmente este programa encargó a Jardiel
la escritura de su primera novela larga, el resultado sería “Amor se escribe sin hache” en cuyo
prólogo de 8.986 palabras se autodefine el autor como feo y bajo, pero con un
esqueleto proporcionado: “doce grados
menos proporcionado que Apolo y veinticinco grados más proporcionado que
Quasimodo”.
De septiembre de
En septiembre de 1933 y por encargo de la Casa Fox realizará en los
Estudios de Billancourt cerca de París “Celuloides
rancios”, una recopilación de seis películas cortas americanas del
periodo mudo a las que acompañaba de ingeniosos comentarios; era lo que se
conocía como “cine retrospectivo
comentado”. Entre las películas objeto de sana mofa, podemos encontrar la célebre “Asalto
y robo de un tren” de Edwin S.
Porter (1903) donde en el famoso tiroteo final se tiene cuidado de no dar a
los caballos porque “un actor es fácil de
sustituir, pero un caballo cuesta mucho más caro” incluyendo una moraleja
final: “el cine acabará como empezó: ¡a
tiro limpio!”. El éxito de esta producción, actualmente desaparecida, fue
enorme.
Poco después, de julio de
En el otoño de 1937, durante una breve estancia en Buenos Aires se le
ocurrió recopilar en un único tomo alguno de sus trabajos cortos publicados en
revistas como “Buen Humor”, “Nuevo Mundo”,
“Gutiérrez”, “Ondas” y “Blanco y Negro”, o en diarios, como
“La
Voz”, “El Sol” e “Informaciones”;
este libro se conocería como “El libro del convaleciente”. Poco
después, en 1943, publicaría un segundo tomo de recopilación de textos titulado “Exceso
de equipaje”, donde merece especial atención el capítulo dedicado a sus
viajes por los Estados Unidos.
Antes de que estallara nuestra incivil guerra, ya había estrenado en
España media docena de obras; aún siendo ya un autor conocido por el gran
público, el verdadero éxito le llegará durante la posguerra, contribuyendo sin
duda a hacer más llevaderos aquellos tiempos de pan negro y de cartillas de
racionamiento.
En 1938, Enrique Jardiel
Poncela debuta como realizador cinematográfico con “Celuloides cómicos”, obra
que sin embargo había iniciado dos años antes; cinco cortos con los títulos de
“Definiciones”, “Ocho gotas de agua”, “Letreros típicos”, “Un anuncio y cinco cartas” y “Presentación del fakir Rodríguez”. El
trabajo publicado en 1928 en el semanario “Gutiérrez”,
“Nuevas cartas de mujeres y una de
hombre”, así como “Presentación del
fakir Rodríguez” y “Como contesta el
eco” publicadas en la revista “Buen Humor” también en 1928, servirían de
base para los dos últimos cortometrajes citados, que por otra parte son los
únicos que se conservan y que se incluyen en el presente ciclo de Filmoteca.
En noviembre de 1944 Jardiel
había regresado de su viaje por Sudamérica con su Compañía de Comedias Cómicas,
un periplo que inició en Argentina, donde en cinco meses estrenó siete obras
con aceptable éxito de crítica y público; en el Teatro Artigas de Montevideo
(Uruguay) se registró un grave incidente cuando un grupo de personas pretendió
irrumpir violentamente en la sala; a consecuencia de este altercado Jardiel suspendió su gira por Uruguay,
regresando a Buenos Aires, donde permaneció durante un mes con la Compañía
parada, lo que le supuso un serio revés económico. Regresó a España dolido y
enfermo del cáncer que acabaría con su vida.
Aún tuvo tiempo en 1946 de recibir el Premio Nacional de Teatro
llamado “Jacinto Benavente” por su
obra “El sexo débil ha hecho gimnasia”.
En 1948 escribiría su última obra “Los
tigres escondidos en la alcoba”.
A la edad de 50 años su cuerpo dejó de existir un 18 de febrero de
1952 en su domicilio madrileño de la C/ Infantas, pero sus obras y nuestras
risas permanecerán para siempre con nosotros.
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Enrique
Jardiel Poncela y el Cine:
Como director:
.- “Celuloides rancios” (1933)
.- “Celuloides cómicos” (codirigida con Luis Marquina, 1938). Según algunas fuentes Luis Marquina no intervino en este rodaje.
.- “Mauricio o una víctima del vicio”
(1940)
Como actor:
.-“Primavera en otoño” (Eugene Forde, 1933)
.-“Una viuda romántica” (Louis King, 1933)
.- “Mauricio o una víctima del vicio” (Enrique Jardiel Poncela, 1940). Añadido
el 20 de noviembre de 2017
.- “Fin de curso” (Ignacio F. Iquino, 1943). Cameo. Añadido
el 20 de noviembre de 2017
Como guionista:
.- “Es mi hombre” (Carlos Fernández Cuenca, 1927)
.-“Celuloides rancios” (Enrique Jardiel Poncela, 1933)
.-“Se ha fugado un preso” (Benito Perojo, 1933)
.-“La melodía prohibida” (Frank Strayer, 1933)
.-“Nada más que una mujer” (Harry Lachman, 1934). Existen dudas respecto a la participación de Jardiel en el guión.
.-“¡Asegure a su mujer!” (Lewis Seiler, 1934)
.-“Angelina o el honor de un brigadier” (Louis King, 1935). Basada en su propia obra teatral.
.-“Es peligroso asomarse al exterior” (Alejandro Ulloa, 1945). Basada en su propia obra teatral.
.-“Usted tiene ojos de mujer fatal”. Escrita en
.-“Las cinco advertencias de Satanás”. Obra de 1935 y su favorita; se han realizado dos versiones cinematográficas: Isidro Socías, 1937 y José Luis Merino, 1969.
.- “Margarita, Armando y su padre”. Rodada en 1938 en Argentina por Francisco Múgica.
.-“Los ladrones somos gente honrada”. Obra de 1940, cuya base ya figuraba en un cuento de 1928 “Una vida extraordinaria o el poder de la imaginación”. Su estreno en teatro contó con la participación de Fernando Fernán-Gómez en un excelente papel secundario. Se han realizado dos versiones cinematográficas: Ignacio F. Iquino en 1941 y Pedro L. Ramírez en 1956. En el 2006 Eduardo Toral dirigió para TVE una horrible versión de esta obra (información añadida el 20 de noviembre de 2017)
.-“Eloísa está debajo de un almendro”. Obra de 1940, sólo se ha rodado una única versión dirigida en 1943 por Rafael Gil. En el 2001 Mara Recatero montaría una nueva versión teatral.
.-“Los habitantes de la casa deshabitada”. Obra de 1942. Dos son las películas que se han rodado, Gonzalo Delgrás en 1946 y Pedro L. Ramírez en 1959, si bien, en este último caso se estrenó con el título de “Fantasmas en la casa”. Al igual que en “Eloísa...” Mara Recatero dirigió en 1998 una nueva versión teatral.
.-“Un marido de ida y vuelta”. Una única adaptación dirigida en 1957 por Luis Lucia.
.- “Tú y yo somos tres”. Obra de 1945, dirigida para el cine por Rafael Gil en 1962. En 1949 el propio Poncela escribió un avance del guión cinematográfico que iba a ser producido por los Estudios Ballesteros y que finalmente no se materializó.
.-“Un adulterio decente”. Obra de 1935 que inicialmente se titulaba “El pulso, la respiración y la temperatura”; fue llevada al cine por Rafael Gil en 1969.
.-“Las siete vidas del gato”. Una única adaptación dirigida en 1970 por Pedro Lazaga.
.-“Blanca por fuera y Rosa por dentro”. Obra de 1943, realizada por Pedro Lazaga en 1971. Supone hasta el momento la última adaptación cinematográfica de una obra de Jardiel.