EL CAPITÁN TRUENO

Tras los pasos del héroe

10-octubre-2016 al 29-enero-2017

Círculo de Bellas Artes (Madrid)

 

 

Lo primero que debo decir es que yo nunca fui del Capitán Trueno. En mi infancia (años 70 en Madrid) yo era de “Los 4 fantásticos”, de “Thor”, de “Mortadelo y Filemón”, de “Zipi y Zape”, de “Spirou” y sobre todo de “Astérix y Obélix”, mezclado todo ello con “Mafalda” y “Lucky Lucke”. Una época en que los niños, aparte de jugar en la calle a las canicas, a las chapas, y al churro-mediamanga-mangotera… leíamos e intercambiábamos tebeos.

 

Esta vuelta a mi infancia me hace recordar un pequeño local de mi barrio en Madrid (Usera), con una agradable señora mayor (una especie de abuela), dónde, por ejemplo, llevabas un número de “Mortadelo” y lo cambiabas por otro tebeo pagando una pequeña cantidad y mucho más barato que si lo compraras nuevo (¿era un duro, cinco pesetas?...). Una especie de trueque, con tebeos que habían pasado por múltiples y pequeñas manos y que te enseñaba a cuidarlos, a no estropearlos para que aquella simpática señora te permitiera intercambiarlos. Un primer paso hacia la responsabilidad y hacia lecturas posteriores más “serias”.

 

Fue en 1956 cuando Víctor Mora (Barcelona, 1931/2016) creo el personaje. Entre 1956 y 1968 escribió la práctica totalidad de las historias. Inicialmente el ilustrador fue Ambrós (Miguel Ambrosio, Albuixech, Valencia, 1913/ Barcelona, 1992). Las portadas eran en color pero su contenido era en blanco y negro. Era normal la presencia de entintadores, como Beaumont, para “rellenar” los dibujos. Luego vendrían otros formatos y por supuesto el color. Además en el tebeo “Pulgarcito” se publicaban también estas primeras historias. “¡A sangre y fuego!” fue el título de la primera historia publicada.

 

 

 

(“¡Peligro a la orden!”, cuadernillo nº 24, 1957, dibujos de Ambrós con guión de Víctor Mora)

 

La exposición presenta tres aspectos:

 

1.- La relación del personaje con obras de la literatura y de la mitología (múltiples referencias)

2.- Los entornos físicos en los que se desarrollaban sus aventuras (arquitecturas)

3.- Los inventos y técnicas como parte fundamental del relato.

 

En mi opinión una división innecesaria que sólo tiene el único propósito de estructurar algo su contenido:

 

 

 

Gran parte de los dibujos que se muestran fueron obra de Antonio Bernal, un auténtico genio español de la ilustración. En esta pequeña reseña figuran sólo algunos de los increíbles dibujos que podían verse en la exposición.

 

 

(Izquierda: “Un mar de lava”, portada de Trueno Color, nº 139, enero 1972, Antonio Bernal)

(Derecha: “El cementerio en la isla”, portada Trueno Color, nº 108, junio 1971, Antonio Bernal)

 

 

(Izquierda: “Sarkot, el monstruo”, portada Trueno Color, nº 287, diciembre 1974, Antonio Bernal)

(Centro: “¡Los gigantes de Tagani!”, portada Trueno Color, nº 7, junio 1969, Antonio Bernal)

(Derecha: “La máscara metálica”, portada Trueno Color, nº 180, noviembre 1972, Antonio Bernal)

 

 

 

(“Coloso contra Coloso”, portada Trueno Color, nº 292, enero 1975, Antonio Bernal)

 

 

 

(“La nave de Kaufman”, portada Trueno Color, nº 289, diciembre 1974, Antonio Bernal)

 

En la exposición hay aportaciones más “modernas”, de los años 90, técnicamente impecables, pero que, en mi opinión, no tienen el encanto, la pureza, el “calor”, de aquellos primeros dibujos.

 

 

(“La Reina bruja de Anubis”, páginas 14 y 15, 1991, dibujante John M. Burns con guión de Víctor Mora)

 

 

(A la izquierda colección completa de 618 cuadernillos de 1956 a 1968, primera edición)

(A la derecha colección completa de 427 revistas de 1959 a 1966, primera edición)