VALLADOLID 2003

 

Algunos hechos a recordar: Exposición “Magritte y sus contemporáneos surrealistas” en la Sala de Exposiciones del Teatro Calderón, exposición “Amores de cine” de José Ramón Sánchez en la Galería de Arte “Samuel”, retrospectiva de Costa-Gavras con proyección de la inédita en España Hanna K., homenaje a José Luis Ozores con proyección de algunos títulos, Escuelas de Cine con la ECAM de Madrid, país invitado Bélgica. En la rueda de prensa de TVE, Juan Menor, como director de la misma, declaró: “Nos hemos casado con el cine español” en referencia al “hachazo” que han metido al cine estadounidense y su apoyo decidido al cine patrio. Ciclo de películas iraníes “Teherán, ciudad de cine”.

 

SECCIÓN OFICIAL (largometrajes):

 

.- (***). Dogville (Lars von Trier, Dinamarca, Suecia, Alemania, 2002): Inaugura, fuera de concurso, la Sección Oficial. Ciertamente curiosa. A pesar de que dura tres horas, no se te hace pesada. Tarda un poco en arrancar pero cuando lo hace, te engancha. Está dividida en un prólogo y nueve capítulos, cada uno de éstos presentados con un rótulo. Llama la atención que Lars von Trier ha rodado su película Anti-Dogma por excelencia incumpliendo los diez puntos de aquél manifiesto. Rueda en decorados montados expresamente, utiliza la luz artificial de forma imprescindible para rodar, las secuencias están muy elaboradas, utiliza música de fondo, pone su nombre como director y guionista, utiliza imágenes con filtros o los efectos que haya necesitado para la secuencia cuando Nicole Kidman (Grace) huye en el camión, por cierto, es un plano cenital  muy hermoso. ¿Ha cambiado la situación del cine respecto a 1995? ¿Por qué entonces planteaba el Dogma y ahora lo abandona?. Esto confirma que aquello fue una impostura.

La película te va mostrando hasta que punto el ser humano puede ser mezquino y dañino para las personas de bien. En el prólogo, la cámara desciende sobre el plano del pueblo cómo si fuera un “alunizaje” (en el documental se dice). La presentación del decorado es ciertamente curiosa, las casas están pintadas con rayas en el suelo, no hay paredes, los actores no miran a través de las paredes, y hacen como si abriesen o cerrasen las puertas (no las hay). Se rodó en un único plató en Suecia, durante seis-siete semanas, lo que tuvo que ser un tanto agobiante para los actores (en el documental se percibe un poco esta sensación de claustrofobia). Grace (Nicole Kidman) llega en el primer capítulo huyendo de unos gángsters y aunque es recibida con cierto recelo, pronto se hará con la confianza de la gente del pueblo (estamos en Estados Unidos en la época de la depresión de los años treinta). Pero la gente del pueblo, empieza a chantajearla para no denunciarla a la policía que la busca por atraco a bancos. Poco a poco la van sometiendo a más vejaciones, torturas (le cuelgan una cadena con una campanilla atada a una pesada rueda de hierro), abusan de ella sexualmente, etc. Y todo con el consentimiento de quién decía quererla, un fracasado aspirante a escritor que al final la entrega. Este final te sorprende, no te esperas que el gángster sea en realidad su padre. Ella ha tenido problemas con él, por eso se escapó. Ella quiere tener el poder y desea hacer un mundo mejor, llegando a la conclusión que el mundo estaría mejor sin los habitantes de ese maldito pueblo,  dicho y hecho,  se los carga a todos (“Muerto el perro se acabó la rabia”). Tremenda la secuencia cuando matan a los cinco hijos de Vera, incluido un bebé (ésta le había roto sus figurillas de porcelana) y para que no los maten tiene que aguantar las lágrimas, (lo mismo que con las figurillas) al final, mueren todos. Resulta curioso que una vez que la maldad ha sido borrada de ese pueblo es cuando el perro se hace visible, el perro ladraba porque Grace le había robado un hueso la noche en que llegó y el perro protestaba por ese robo. Debía ser el único ser justo y honesto de Dogville. La actuación de Lauren Bacall muy discreta, en realidad no aporta nada. La actuación de Nicole Kidman soberbia, lo mejor junto a la fotografía y la escenificación minimalista.

 

.- (**) La suerte dormida (Ángeles González Sinde, España, 2003): A concurso. Tibios aplausos. Opera prima como directora de esta guionista. Parece mentira que cometa fallos tan ridículos en una supuesta brillante guionista (La buena estrella, Segunda piel,...). Por ejemplo, ¿a qué viene la historia de amor entre Amparo (Adriana Ozores) y  Agustín (Félix Gómez)? No es necesaria, no aporta nada, las secuencias siguientes en las que ambos están relacionados se podían plantear, sin ninguna dificultad, de otra manera. Pequeños detalles que yo no habría hecho: cuando invita a Agustín a cenar, ella enseguida guarda en un cajón las fotos de su hijo y de su marido (ambos han muerto en un accidente) y lo hace hasta con excesiva alegría, ahí le ha faltado una última mirada de amor hacia ellos. Otro detalle, la tontería del azúcar o de la sal que vierte en la mano de su padre diciéndole “es todo el tiempo que he podido recuperar” es una licencia poética cargante. Y el final es inadecuado. Con anterioridad, en tres ocasiones, hemos visto a Amparo acercarse al portal de su antigua casa donde vivía con su hijo y con su marido, y sin atreverse a entrar. El final idóneo hubiera sido precisamente éste, ella entrando en el portal, apunte musical y... fundido negro. No es preciso mostrar más, ni persianas que se suben para dejar pasar la luz, ni mucho menos, ella recogiendo los juguetes de su hijo. No es necesario esto, hubiera sido mejor dejar al espectador que imaginara que haría él, una vez que ha conseguido traspasar el portal. Ésta era su barrera. El trabajo de Adriana Ozores es bueno aunque a veces se le note un tanto forzado. Pepe Soriano está magnífico y la mejor secuencia, con mucha diferencia, es precisamente cuando ellos dos se enfrentan, cuando él por fin se enfrenta a la hija para intentar hacerla despertar de la pesadilla que vive desde que su hijo y su marido murieron en un accidente de coche que además ella conducía. La música sólo se oye al principio y al final y es ridícula, no por que sea horrible, sino por qué no encaja un tema con influencias jazzísticas, no pega. Un error. De todas formas, en conjunto, es una película aceptable, pero donde se nota demasiado la falta de experiencia de su directora.

 

.- (**) Historias de la cocina (Salmer fra kjokkenet, Bent Hamer, Noruega-Suecia, 2003): A concurso. Una película amable, que podíamos tildar como de comedia dramática. El planteamiento es gracioso aunque parece más bien idea para un cortometraje. Una empresa sueca de muebles de cocina desplaza a Noruega a unos observadores (cada uno de ellos en una caravana) que tienen que observar en sus cocinas a un grupo de solteros que se han ofrecido voluntarios para este experimento. El observador, subido en una gran silla, dibuja cada uno de los movimientos en la cocina. Poco a poco se va estableciendo entre ellos una amistad sincera. Los dos actores están muy bien, muy creíbles Tibios aplausos.

 

.- (***) Lost in translation (Sofia Coppola, USA, 2003): A concurso. Segunda película como directora. Bastante bien aunque tiene algunos fallos de ritmo que lastran la historia. Una historia de soledades compartidas con una actuación adecuada de Bill Murray y de Scarlett Johansson, que está guapísima. La música juega un papel primordial y hay momentos donde transmite una gran identificación con las imágenes, por ejemplo, hay una secuencia en que ella va en coche mirando los increíbles rótulos luminosos de Tokio y consigue una magia especial. Hay secuencias buenísimas que te ríes a “mandíbula batiente”, cuando Bob Harris (Bill Murray) está rodando el anuncio de whisky, tanto de televisión como de fotografías, está genial. Hay otra secuencia fabulosa cuando Bob está en el hospital esperando a Charlotte (Scarlett Johansson) y está sentado con un japonés bajito muy gracioso y ambos mantienen una conversación imposible, detrás hay dos mujeres japonesas sentadas que se están partiendo el culo de risa y nosotros, los espectadores, con ellas. Tokio se nos aparece como una ciudad hiper-moderna, con estética de Blade Runner. En definitiva, una buena película, donde entras en la piel de los personajes, en sus sentimientos,  y en donde algunas secuencias sobran, por ejemplo, cuando ella visita una especie de templo y ve una boda japonesa. Sofia Coppola tiene un gran maestro que es su padre y que seguro la orienta en sus realizaciones. Podía haberse titulado “Dos americanos en Tokio”.

 

.-(**) La cometa (Le cerf-volant, Randa Chahal Sabbag, Francia-Líbano, 2003): A concurso. Una lástima. La idea es muy buena pero está mal contada. No hay una estructura sólida que envuelva la historia y que te vaya haciendo partícipe de la vida de los personajes. El final es previsible pero esto no tendría por qué ser malo si la historia está bien narrada. Por ejemplo, la relación entre el soldado israelí y la chica libanesa, arranca mal,  no existe ese proceso de contemplación, de fijación en la distancia con los prismáticos, casi a mitad de película esta relación platónica está asentada pero no ha habido los preliminares necesarios. Desde luego, lo mejor de la película es lo grotesco que resulta ver cómo las familias libanesas tienen que comunicarse con megáfono y mostrando pañuelos de colores, al estar separadas por la frontera israelí. Se entiende que los judíos han invadido parte del territorio del Líbano, lo cual vuelve a suceder durante la película: una noche los militares judíos establecen alambradas en medio del pueblo libanés. La parte del “tobogán” resulta muy graciosa: los libaneses del lado libanés no saben lo que es un tobogán y acusan a los libaneses del lado israelí de hablar como los judíos.

 

.- (*) Astronautas (Santi Amodeo, España, 2003): A concurso. Opera prima en solitario. El debut de Teresa Hurtado es muy prometedor. La historia esta bien pero... a mí no logra engancharme. Se trata de un drama con toques de comedia. Hay secuencias buenas como cuando Daniel (Nancho Novo) va a ver a Andrés (Julián Villagrán) esta parte transmite mucha autenticidad. Resulta igualmente reprochable, admitir que un hombre de cuarenta años mantenga relaciones sexuales con una niña de quince años “con un velero en las bragas”. Recordemos el escándalo de Lolita. Aunque se trate de dos seres solitarios que comparten una breve amistad yo lo habría evitado. Los cineastas deben tener especial cuidado con aquello que muestran en sus imágenes.   Destaca especialmente el trabajo del diseñador de rótulos y de los títulos de la película Miguel Brieva; quizá los premios Goya deberían empezar a pensar en establecer un premio para esta categoría. En estos rótulos, así como en el libro de prensa, y en el CD-Rom  hay un trabajo magnífico de diseño. La música juega un papel esencial con varios temas que como siempre en este director y en su grupo Lavadora son en inglés. Por cierto en El factor Pilgrim este director aparecía como Santiago Amoedo y ahora aparece como Santi Amodeo. Confío en que se estabilice.

 

.- (**) Cleopatra (Eduardo Mignogna, España-Argentina, 2003): A concurso. Una lástima porque podía haberse convertido en un guión magnífico estilo El hijo de la novia. Rodada íntegramente en Argentina. Es una road-movie estilo Thelma y Louise pero a la argentina. Norma Aleandro (Cleopatra) está magnífica. Es una película de muchos sentimientos. Una profesora jubilada con crisis en su matrimonio (su marido que fue despedido y que se considera un inútil vive recluido en su casa frente al televisor) y una joven actriz de telenovelas de mucho éxito con crisis en su vida, quieren dar un giro a su existencia e inician un viaje no previsto. Lo que quizás falle en esta película es que se nota cierta impostura sentimental, algo forzada. Mignogna debería, por ejemplo, haber evitado la secuencia cuando Cleopatra acude de forma equivocada a una fiesta y conoce allí a un hombre (que resulta ser Alberto de Mendoza, hubiera jurado que hacía años que había muerto, la última película que tengo de él registrada es de ¡1975!).

 

.- (**) El proyecto de Alexandra (Alexandra´s project, Rold de Heer, Australia, 2003): A concurso. Vaya putada. La próxima fiesta de cumpleaños habrá que pensársela dos veces antes de ir. Una película de suspense que en algún momento se te pasa por la cabeza al gran Alfred Hitchcock aunque, desgraciadamente, no alcanza, ni remotamente la maestría del oriundo. Lo que empieza de forma tranquila y pausada se va convirtiendo, poco a poco, en una pesadilla para Steve (Gary Sweet) que está bastante bien, muy convincente en su difícil papel. Ella (Helen Buday) está igualmente soberbia. El director se enfrenta a una historia muy cerrada que prácticamente se desarrolla en su totalidad en un único escenario, el salón de la casa, donde él está viendo el vídeo que su mejor le ha dejado de regalo de cumpleaños. Un vídeo terrible donde Steve contemplará  y escuchará a su mujer que le cuenta lo infeliz que es su vida junto a él. Las explicaciones de ellas irán subiendo de tono, sometiendo al marido a un auténtica tortura. El director debe en varias ocasiones parar la narración de ella en el vídeo e intercalar otras secuencias, de él por la casa, para evitar un desarrollo lineal, estos parones, lastran un poco el conjunto pero difícilmente podría hacer de otra forma. Hay secuencias terribles que han motivado angustia en la sala, como cuando ella se atraviese un pezón con un imperdible. El final es muy bueno, perfecto, teniendo en cuenta todo lo sucedido, incluso él baja ligeramente la cabeza y... fundido negro. Tibios aplausos que creo no hacen justicia a esta película difícil de rodar.

 

.- (***) Las invasiones bárbaras (Denys Arcand, Canadá-Francia, 2003): A concurso. La mejor película vista hasta este momento. Ya obtuvo en Cannes 2003 el premio al mejor guión y el premio a la mejor interpretación femenina (Nota: La Seminci no debería acoger en la sección oficial a concurso películas que ya han concursado en otros festivales). Debería titularse “Las sinceras amistades”. Aplausos. El título sale de unas declaraciones de una persona que es entrevistada en la televisión y que dice que los atentados del 11 de septiembre de 2001 fueron la primera vez que los “bárbaros” atacaban el corazón del Imperio. Al final te queda una profunda sensación de tristeza. Es una firme candidata a la Espiga de Oro. Este realizador rodó en 1986 una película que tuvo gran repercusión El declive del imperio americano que no he podido ver. En Las invasiones bárbaras recrea la vida de aquéllos personajes quince años después. El hecho de no haber visto aquella película no te impide ver ésta de forma independiente. Es una película muy coral donde compartes con todos sus personajes las vivencias y el dolor que ellos están padeciendo. Me recuerda en algunos momentos al mejor cine de Ingmar Bergman, por ejemplo, cuando en la casa del lago están tocando al piano una música bellísima y todos escuchan con gran quietud en sus almas. También las referencias continuas a la política y la cultura de décadas pasadas (hay una secuencia fantástica donde van repasando todos los “ismos”: existencialismo, positivismo, estructuralismo, marxismo, leninismo,... así hasta llegar al “cretinismo”) recuerdan a Jean-Luc Godard. Una de las mejores secuencias es cuando le han inyectado la sobredosis de heroína (eutanasia activa) y cogido de la mano de su hijo, ladea ligeramente la cabeza y en su mente vuelve a ver aquella secuencia antigua de cine cuando aquella actriz de la que estuvo enamorado, se subía los largos calzones del bañador y dejaba ver sus muslos. Esto es lo que recuerda en el momento de su muerte. Fresas salvajes de Bergman se me pasa por la mente, cuando el viejo anciano ve a sus padres sentados al borde del lago en una imagen de su niñez. Esto es la vida, principio y fin.

 

.- (0) Después de la vida (Après la vie, Lucas Belvaux, Francia-Bégica, 2002): A concurso. Me lo temía. Ésta es una de las tres películas de este director que se presentan en la sección oficial a concurso, las otras dos son Huida (Cavale) y Una pareja estupenda (Un couple épatant) que no he podido ver. Resulta sorprendente que se presenten tres películas de un mismo director en la misma sección, se me pasan por la cabeza palabras como: petulancia, arrogancia, barbaridad, etc. En la película que nos ocupa Pascal es un policía de Grenoble casado con una maestra adicta a la morfina y que anda detrás de un tal Le Roux. Prácticamente esto es lo único que se va a entender de la película, narrada de forma tremendamente confusa. Y que no me venga el director con lo del público inteligente para desgranar la narración, una cosa es no darlo todo mascado y otra muy distinta es confundir al espectador, sin que éste sepa al cabo de una hora qué es lo que está viendo. Lo único que se salva es la interpretación de ella (Dominique Blanc) que creo refleja muy bien los síndromes del mono de la droga, y digo “creo” porque afortunadamente nunca he visto un “mono”real. Y la pobre Ornella Muti que no encuentra un papel decente. ¿Y a santo de qué viene ese ridículo final cuando él apunta a su mujer en la cabeza, una vez que ésta le dice que deja las drogas?. Patético. Y encima 123 minutos. Supongo que el director se creerá un genio. Ni pitos ni aplausos, aunque yo hubiera pataleado con ganas.

 

.- (**) Las voces de la noche (Salvador García Ruiz, España-Italia, 2003): A concurso. De nuevo nos encontramos con esos epílogos erróneos que cierran la película y que rompen el lazo de unión que previamente se ha establecido con el espectador. Vamos a ver. Indudablemente el todo (la película) deber prevalecer sobre todo lo demás, ahora bien, las partes (secuencias) y los detalles, son esenciales para que ese todo funcione. Mucho más importante que un buen principio es un buen final. Y aquí, como lo manifesté en la rueda de prensa, el final que pedía la película, era ver a Elisa (Laia Marull) frente al espejo de su habitación, sola, con un destino de solterona como el de su tía (en plan Amistades peligrosas). No era necesario mostrar la vuelta de Jorge (Tristán Ulloa)  al pueblo y su saludo a Elisa. Esto sobra. Como le dije a Salvador hacen falta finales contundentes, definitivos, como el de Calle Mayor o más recientemente como Los lunes al sol. Pero naturalmente esto es una opinión personal y la obra la firma él. Por otra parte, la película me ha gustado en su conjunto, aunque se le reprochado la falta de “tensión dramática”. No creo que sea éste el problema. La película tiene la tensión adecuada para el tipo de historia que cuenta. La interpretación de Laia es, como siempre, magnífica (ya ganó en San Sebastián el último premio de interpretación por Te doy mis ojos) supongo que esto pesará de alguna manera al Jurado aunque no debería ser así. La ambientación de la España de los años cincuenta está muy bien conseguida.

 

.- (***) Osama (Siddiq Barmak, Afganistán-Japón-Irlanda, 2003): A concurso. Empieza con una cita de Nelson Mandela: “No puedo olvidar, pero puedo perdonar”. Es la primera película que se ha rodado en Afganistán tras la caída del régimen de los talibanes. Ya se ha estrenado en Afganistán, en el mes de agosto, con muy buena acogida de público y crítica. También se ha presentado en el Festival de Sarajevo. Inicialmente se iba a titular “Arco iris” pero se dio cuenta que ninguno de los personajes utilizaba nombres, se les llamaba, “mulá”, “mamá”, pero ninguno empleaba un nombre propio, esto le hizo pensar en la perdida de identidad de ellos como pueblo, y quiso utilizar para el título un nombre que les influía pavor, como medio de defensa de la niña frente al resto de los niños. Lo del arco iris venía a cuento de una historia que le contaba la abuela a la niña protagonista que cuando se pasa por debajo del arco iris los chicos se vuelven chicas y a la inversa. El director, al ser preguntado por la intervención americana, señala que las cosas están cambiando poco a poco, y que sobre todo entre las mujeres existe un optimismo al permitirles de nuevo reintegrarse en la vida social, aunque estos cambios sobre todo se están produciendo en Kabul y no en el resto del país. En la película se recrean situaciones terribles, aunque afortunadamente no se ven: el fusilamiento de un periodista extranjero que estaba rodando con su cámara la manifestación inicial de las mujeres, la lapidación de una mujer (se ve como la entierran todo el cuerpo menos la cabeza). La película ha sido recibida muy bien, con aplausos.

 

.- (0) Alila (Amos Gitaï. Israel-Francia, 2003): A concurso. Otro que seguro que se piensa que es un genio. Tremendamente aburrida y eso que al principio el director, en voz de off, te desea una feliz proyección. Por cierto, al principio no hay rótulos de los actores y sus nombres son leídos por el director. Nada de original, pues lo mismo ya lo hacía Orson Welles en El cuarto mandamiento. La película es muy pesada. Un grupo de gente en Jerusalén que son vecinos de un inmueble y que nos cuentan su vida: un padre divorciado cuyo hijo ha desertado del ejército, una ninfómana que tiene encuentros sexuales con un desconocido, un viejo que vive con su criada filipina, otro que vive con su perro, una alocada mujer policía que está construyendo de forma ilegal una especie de cuarto trastero en el exterior del edificio (cuando llueve se inunda) y así todo. Una especie de “colmena” pero sin la menor gracia y sin el menor ritmo narrativo. Y encima dura 120 minutos. Insoportable.

 

.- (***) Good bye, Lenin! (Wolfgang Becker, Alemania, 2003): A concurso. Presentada ya en Berlín. Seleccionada por Alemania para los Oscars. Aplaudida. Ésta es sin duda la mejor película sobre el tema de la reunificación alemana, que se utiliza como fondo para contarnos la historia de auténtico amor que siente un hijo por su madre. La madre, socialista convencida y entregada a la causa, ha sufrido un ataque cardiaco antes de la caída del muro, cuando recupera la consciencia la RDA ya no existe y Alemania se ha convertido en un único país. El hijo, siguiendo el consejo médico, no quiere darle disgustos y recrea a su alrededor una falsa RDA para que su madre se sienta “en casa”. Por momentos me ha recordado la ¿realidad? inventada de El show de Truman.  El director se atreve con una historia muy bien construida donde es capaz de volver atrás en la historia y lo que es más sorprendente, reinventarla: aquí son los habitantes de la RFA los que huyen del capitalismo y se pasan a la RDA, la Coca-Cola aparece como un invento de la RDA, y así todo, gracias a la imaginación del hijo y de un amigo de éste, que monta falsos telediarios que graban en vídeo para que la madre los vea en televisión. La secuencia cuando la estatua de Lenin pasa en helicóptero delante de la madre es de una gran fuerza dramática. Es un momento similar a aquel que presentaba Théo Angelopoulos en La mirada de Ulises. La madre muere sabiendo la verdad, pero esto es algo que el hijo desconoce. Resulta muy conmovedor esa imagen en el hospital cuando la madre mira al hijo que le está contando en el telediario un bulo (se ha cambiado al presidente de la RDA y se ha nombrado a un viejo héroe cosmonauta reconvertido en taxista) la madre ya sabe que es mentira pero se da cuenta del profundo amor de su hijo y eso es para ella suficiente. Merece cualquier premio, incluido el Oscar.

 

.- (***)The cooler (Wayne Kramer, USA, 2002): A concurso. Ya desde el inicio te das cuenta que vas a ver una buena película. Película al “viejo estilo” que te hace recordar aquellas maravillas del pasado: música de jazz envolvente, personajes secundarios definidos en muy pocas pinceladas, una historia bien hilvanada,... Recuerda, el estilo conseguido en L.A. Confidential aunque no alcanza, por muy poquito, la altura formal de ésta. Por partes. La interpretación de William H. Macy, Maria Bello, Alec Baldwin, Paul Sorvino,... son estupendas. Tiene también mucho que ver, en cuanto a la historia, con Intacto (Juan Carlos Fresnadillo) pero por así decir, a la inversa. Aquí es Bernie el gafe, estilo José Luis Ozores, que interrumpe las rachas de fortuna de los jugadores en el casino. Baldwin está inconmesurable, es un actor que ha ganado en peso y en calidad al mismo tiempo. La música merece especial atención, la banda sonora de Mark Isham es fantástica, muy de jazz, con canciones estilo Nina Simone. El final, propio de las películas de los hermanos Coen, es un tanto sorprendente y quizá repercute negativamente en su resultado global, pero por otra parte, es lógico, el amor entre ellos ha transformado su mala suerte. Engañosamente, aunque la película está ambientada en Las Vegas, el casino, es en realidad el “Flamingo” de Reno.  hay una mención al estilo de los casinos y Shelly (Baldwin) pone como ejemplo el de Horizontes perdidos (Frank Capra, 1937). El director es un sudafricano y ésta es su primera película. Por la información de prensa repartida parece muy formado en temas de guión y esto se nota. ¡Ojalá nos proporcione en el futuro excelentes películas y no se haya vaciado en su debut!.

 

.- (**) Sangre y oro (Talaye Sorgh, Jafar Panahi, Irán, 2003): A concurso. Guión de Abbas Kiarostami. A mí me ha gustado aunque la sensación ha sido un poco fría. Es cierto que un poco lenta y que algunas secuencias llegan a cansar (mucho viaje en la moto) pero, yo al menos, estaba dentro de la historia. Empieza como termina y eso me gusta, con un final claro. Siempre que se habla de una película iraní pensamos en ambientes rurales, sin embargo, esta se desarrolla enteramente en Teherán. Es una película urbana y sorprende ver el estilo de vida occidental que tienen. La parte alta de la ciudad es la zona de los ricos y la parte baja la de los pobres. Hussein reparte pizzas y visita esa parte de la ciudad que para su clase social es inalcanzable. Por cierto, la casa que visita en la parte final de la película es impresionante: tres o cuatro plantas, con enorme terraza, piscina climatizada y 16 habitaciones. Un palacio que contrasta enormemente con el cuchitril donde él vive. La humillación que recibe del joyero de la parte rica es lo que hace de él, finalmente, un imprevisible asesino. Como en Las horas del día una persona normal y aparentemente buena se convierte de repente en un asesino.

 

.- (*) En carne viva (Jane Campion, 2003): A concurso. Cuando la película empieza escuchamos aquella canción que popularizó Doris Day en El hombre que sabía demasiado (Alfred Hitchcock, 1956) “¿Qué será, será,...?..”; al final vuelve a escucharse, para ya conoces la respuesta: un petardo con la pólvora mojada. Meg Ryan, que hace de profesora, se parece enormemente en esta película a Nicole Kidman que casualmente es productora de la misma. El actor que hace de policía (Mark Ruffalo) con ese bigotillo, parece Charlton Heston en Sed de mal de Orson Welles. Al final el psicópata puede ser cualquiera, pero es que te da igual. Uno de los textos que lee la profesora en el metro es un poema de Federico García Lorca, creo que de “Poeta en Nueva York”. Sin ánimo de ser tachado de misógino, creo que en esta película hay un excesivo toque femenino que lastra el conjunto. Novela, guión, producción, actriz que centra casi en exclusiva la película, hermanastra de ella,... que conste que no quiero hacer pensar que el “toque femenino” es algo peyorativo. En absoluto. Lo que quiero decir es que le falta fuerza a la película, es todo demasiado “light”.

 

.- (***) Wilbur se quiere suicidar (Wilbur begar selvmord, Lone Scherfig, Dinamarca-GB, 2002): A concurso. Esta es la directora de aquella fantástica película Dogma que ganó la Espiga de Oro en Valladolid 2000 Italiano para principiantes. En esta ocasión, abandona el Dogma, para contarnos de forma absolutamente clásica una buena historia con muy buenas interpretaciones y lo que es mejor: perfectamente creíble. No hay lagunas en el guión, de principio a fin, las vinculaciones y emociones de los distintos personajes son compartidas con los espectadores. Tiene algunos detalles de humor que se agradecen para rebajar un poco el drama que se avecina. Aplaudida.

 

.- (***) Todo lo demás (Anything else, Woody Allen, USA, 2003): Clausura la sección oficial fuera de concurso. Esta misma película inauguró, también fuera de concurso, el festival de Venecia de este año. Woody Allen en estado puro y por partida doble, dado que se desdobla en su alter ego más joven que encarna Jason Biggs, igualemente preocupado por la existencia, los psiquiatras, la muerte (de hecho está escribiendo una novela sobre este tema). Hay frases geniales como: “Un reloj aunque esté parado acierta dos veces al día”, “si vas a plagiar, plagia al mejor”. Empieza con chistes y termina con chistes. Y en el medio, las confusas relaciones humanas que envuelven nuestras vidas. hay una secuencia en la que salen de un cine, no se ve título ni nada pero por los comentarios de una pareja que sale anteriormente “no comprendo por qué no pueden salir después de la cena” juraría que han estado viendo El ángel exterminador de Luis Buñuel, en definitiva, lo que Woody nos cuenta, es que a veces nos sentimos atrapados en nosotros mismos y somos incapaces de salir, de romper. Entre el público, una vez terminada la proyección, se oía “más de lo mismo” como si fuera algo negativo,  yo digo: ¡Sí, pero que bueno!.

 

.- SECCIÓN OFICIAL (cortometrajes):

 

.- (**) El Dios (Konstantin Bronzit, Rusia, 2003): Gracioso. Resulta muy irónico pensar como todo un Dios (el que tiene varios brazos) ve alterada su tranquila existencia por culpa de una mosca que no deja de atosigarle. Debe tratarse de una animación infográfica.

 

.- (**) Ward 13 (Peter Cornwell, Australia, 2003): Es increíble lo que puede hacerse con la plastilina. Un hombre es atropellado e ingresa en un extraño hospital, lleno de médicos-psicópatas que tratan de convertirle en un monstruo. Es un corto soberbio, con un gran ritmo, con detalles geniales de acción, lucha con garrotes, carrera con sillas de ruedas estilo Ben-Hur,... Lo que falla es el final, no es concluyente, sale disparado por una ventana, lo meten en una ambulancia y de vuelta al macabro hospital.

 

.- (***) Harvie Krumpet (Adam Elliot, Australia, 2003): Animación de plastilina. De nuevo sorprende un cortometraje australiano hecho con plastilina. Muy divertido. Harvie nace en Polonia en 1922, es algo retrasado y tiene el tic de tocar a la gente la nariz con el dedo índice. En el colegio le pegan y su madre, que es analfabeta, decide enseñarle y le enseña “Hechos” que él anota en un cuaderno.  Con la invasión de su país en la segunda guerra mundial tiene que huir a Australia. Allí trabaja en lo que puede. Le operan de la cabeza y le ponen una placa de acero. Le cae un rayo y su placa queda magnetizada. Se casa con una buena mujer. Adoptan una niña a la que le faltan las manos por la polinamida (llegará a ser abogada). La mujer muere. Él está en una residencia donde para evitar que los enfermos de Alzehimer se escapen colocan una falsa parada de autobús donde los enfermos esperan a un autobús que nunca pasará y ahí se queda Harvie.

 

.- (0) ¿Tienes el don? (Do you have the shine?, Johan Thurfjell, Suecia-Francia, 2003): Una lástima porque empezaba bien pero su desarrollo y final es ridículo. Es como un videojuego que copia la famosa secuencia del triciclo por los pasillos del hotel de la terrorífica película de Stanley Kubrick, El resplandor. Al inicio con bastantes rótulos te explica cómo es el juego, se trata de que cierres los ojos antes de ver a las hermanas gemelas, y al final, pues aparecen éstas y ya está. Muy mal.

 

.- (*) Showa Shinzan (Alison Reiko Loader, Canadá, 2002): Animación. Ambientada en la época de la segunda guerra mundial. Una niña se va a vivir con sus abuelos. Un volcán despierta a la vida en medio de los bombardeos americanos. La animación infográfica es muy buena, que intercala con imágenes reales.

 

.- (**) Amigo no gima (Iñaki Peñafiel, España, 2003): Muy bien. El título es una de aquellas frases palindrómicas de Julio Cortázar que se leen igual de derecha a izquierda que de izquierda a derecha. Una historia muy actual centrada en Lavapiés donde la inmigración ha provocado un cambio social al que algunos viejos vecinos, le cuesta adaptarse o sencillamente adoptan posturas de racismo. La historia está muy bien contada, hasta su desenlace final, que es toda una lección de solidaridad.

 

.- (*) Sueños (Daniel Guzmán, España, 2003): Estos son los cortometrajes que a mí, desde luego, me daría miedo realizar. Y digo miedo por las repercusiones negativas que entre los niños puede tener, en el supuesto, bastante improbable que tengan acceso a su visionado. ¿Y por qué?. Pues porque presenta a dos niños, de unos ocho-nueve años, que se divierten tirando huevos, desde la terraza de un edificio, a los calvos que pasan por la calle, a los que insultan, o a los coches de policía. Luego, uno de ellos, se desplaza por la cornisa con su bicicleta, y claro, finalmente, cae al vacío, sin que el otro se haya percatado del hecho. Francamente, creo que los cineastas deben tener muchísimo cuidado con lo que muestran y este cortometraje no me parece que sea lo más apropiado. Ya sé que Daniel Guzmán dirá que es una crítica social a la educación, al abandono, que reciben nuestros jóvenes, ¿por culpa de los padres? ¿por culpa del sistema educativo? y que es lo que ha querido mostrar. Pero creo que existen otras cauces menos explícitos para plantear lo mismo. En cuanto a la forma, está bien narrado.

 

.- (*) Los besos de los demás (Les balsers des autres, Francia, 2002): Cortometraje a concurso. Perfectamente olvidable. A una adolescente le molesta los besos que le dan los demás, especialmente los de su padre. Aunque al final, cuando la madre ha muerto, los echa de menos. ¡Todo un descubrimiento!.

 

.-(**) No pasa nada (C´est pas grave, Francia, 2002): A concurso. Bien. Una terrible historia de malos tratos familiares. Una mujer está aterrorizada por la humillación constante al que la somete el marido. Al final de forma sorprendente, la mujer, menciona que “delante del niño” no la pegue. Hasta ese momento no se ha visto ningún niño y de repente oímos ese “mamá” que se te clave en el corazón y un niño sale de detrás de la cámara para acercarse a su madre. Te quedas “clavao”. Somos todos nosotros los que estamos detrás de esa cámara.

 

.-(**) Hola, amigo (Hello, friend, Graham Linehan, GB, 2003): A concurso. Muy bien. La historia está muy bien contada. Un hombre compra un nuevo sistema para el ordenador, una especie de ratón (de ordenador) gigante que se queda pegado magnéticamente en el lateral de la unidad. A partir de ese momento el ordenador le hará la vida imposible. El actor Martin Savage borda su papel. Es una comedia “terrorífica” que ha sido muy aplaudida.

 

.- (*) La cartera (Le portefeuille, Vincent Bierrewaerts, Francia-Bélgica, 2003): A concurso. Animación. Desde el punto de vista de la realización está muy bien. A través del trazo en distintos colores va alternando la vida de un hombre que se divide en varios universos paralelos donde transcurren distintas historias.

 

.- (**) El proyeccionista (The projectionist, Michael Bates, Australia, 2002): A concurso. Muy bien. Es todo un homenaje al cine. La música de Sergei Rachmaninof es espectacular. Se trata de una animación. Un proyeccionista abandona, por última vez, el cine en el que ha trabajado durante años. Mientras se dirige a su casa, en las paredes se van proyectando viejas secuencias que le han acompañado en la vida. Ha recibido tibios aplausos.

 

.- (***) Rebeca a esas alturas (Luciana Jauffred Gorostiza, México, 2003): A concurso. Me ha gustado mucho. La historia es sorprendente y corresponde a un cuento (creo que de su hermana). Tiene un aire muy de Franz Kafka. Una mujer se despierta y se acerca, rompiendo las baldosas del suelo, a la báscula, pesar muchísimo (ella es de constitución normal) se tumba en la cama y no puede levantarse, el marido, con ayuda de una palanca, la deja en el suelo. Ella se arrastra por el suelo. Cada vez pesa más (su aspecto exterior no cambia). Atraviesa el colchón, el techo, los techos de los vecinos de las plantas inferiores. Así hasta el suelo. Una grúa enorme la eleva, sujetándola con cadenas. El marido y los dos niños se van y ella cae hasta el subsuelo. Tanto la forma como el fondo son geniales. La conclusión que se extrae es que se trata de una mujer que se siente hundida, aplastada, por la vida que lleva.

 

.-(*) La cobradora (The toll collector, Rachel Johnson, República Checa-USA, 2002): A concurso. Animación muy al estilo de Tim Burton. Una mujer tiene unas piernas larguísimas y le gusta el ballet, se siente como un monstruo y vive aislada del mundo. Un día empieza a ver cosas raras y descubre un árbol, del que caen unos bebés. Uno de ellos tiene las piernas muy largas. Esto es lo que no se entiende muy bien. Y ella decide hacer la maleta y romper con su aislamiento. Lo mejor es sin duda la estética de la animación, no la historia.

 

LA NOCHE DEL CORTO ESPAÑOL:

 

         Este año el nivel ha estado muy por debajo del nivel alcanzado en la pasada edición:

 

.-(*) El precio de la dote (Chus Domínguez, 2003): Es más bien una recopilación de imágenes muy características de Galicia, escuchándose de fondo un poema de Chus Pato. La fotografía es en blanco y negro, recreando diversas “postales” que sin duda son de gran belleza estética. No sería un mal anuncio de promoción turística de Galicia, de hecho está apoyado por la Xunta.

 

.- (*) Próxima estación Lago (José García Hernández, 2003): Este director ya dirigió en el 2000 su ópera prima Divertimiento. Me parece muy positivo que directores que ya han rodado largos sigan rodando cortos. No todas las ideas que se pueden tener tienen la solidez para un largo, y éste es un buen ejemplo. Me sobra un poco todo el tema de la milagrería, de esa mujer que logra que “brote” el fuego, la lluvia con sabor a curry, este aspecto del guión me parece una memez, debería haberse centrado exclusivamente en la historia de esta monja, firmemente convencida de la ayuda y el sacrificio a los demás.

 

.- (*) La vida es eso que pasa mientras tú estás haciendo otra cosa (Lluis Rivera Herráez, 2003): Más que un cortometraje es una “perfomance”. En la pantalla vemos un mueble de salón con nueve compartimientos como si fueran nueve cubos independientes. En cada uno de ellos observamos cosas distintas: un televisor justo en el centro de la composición, el fuego de una chimenea, libros que van cambiando, botellas de bebidas que van cambiando, un retrato de un hombre que va envejeciendo... y mientras, escuchamos en off las voces de un hombre y de una mujer, un matrimonio. Es en definitiva una representación del paso del tiempo.

 

.- (*) Pelonas (Laly Zambrano y Ramón de Fontecha, 2003): Está muy bien que mezcle la trágica época de la guerra civil con los tiempos actuales, a través de la historia de una joven actual que quiere raparse el pelo y de una mujer mayor (regular María Galiana) que en tiempos de la guerra, le raparon la cabeza por “roja”. Por cierto la interpretación de las dos mujeres, con voz en off incluida, que se sitúan en el pasado es espantosa.

 

.- (*) Dunas (Rafael Ruiz, 2003): Muy confusa. Está mal narrada. Está en la línea de Los otros o de El sexto sentido, pero vamos, no llega ni de lejos. La sonrisa final de la niña cuando descubren que han muerto queda muy mal, debería haber puesto un rictus de tristeza, de amargura por las vidas perdidas. Curiosamente ha sido el único aplaudido, pero yo creo que era más bien el clásico grupo de amigotes.

 

PUNTO DE ENCUENTRO (largometrajes):

 

.- (0). Dogville confessions (Sami Martin Saif, Dinamarca, 2003): Documental. En teoría íbamos a ver un documental acerca del rodaje de la última película de Lars von Trier, Dogville. En realidad, lo que hemos visto ha sido una memez, absolutamente impresentable (ha habido gente que se ha marchado) donde no te cuentan absolutamente nada de lo que esperas. No te explican, por ejemplo, cómo nació la idea, que cambios se hizo en el guión, el por qué de esa ambientación, la selección de actores, nada, lo único que te muestran son las majaderías que todos hacemos cuando nos ponen una cámara delante. Me ha recordado cuándo en las bodas te están grabando y lo único que se te ocurre es decir “¡viva los novios!” o ponerte la servilleta en la cabeza. Pues, en este ¿documental? lo mismo: Nicole Kidman jugando con una manzana que tira al aire, Lars von Trier tumbado en una cama,... Lo único que se salva mínimamente es ver a Ben Gazzara “confesándose” y diciendo que hace “cinco años que no me confieso y he pecado por que había dicho de no volver a trabajar con un director desequilibrado”.

 

.- (*) Los purificados (De lutrede, Jesper Jargil, Dinamarca, 2002): Documental. Cuando en 1995, Lars von Trier, presentó en la Cinemateca de París su manifiesto “Dogma 95” afirmó que el cine en los últimos “veinte años, por lo menos, en los últimos diez años, ha sido una mierda” y contra eso redactan ese compromiso. Estúpidamente, arrojó al público unas octavillas de color rojo donde figuraban los diez puntos del Dogma, lo leyó y se marchó, diciendo que no le estaba permitido discutir en público este tema. ¿Puede haber actuación más estúpida e infantil?. En este documental se escenifica la reunión de cuantro miembros de esta supuesta corriente: Lars von Trier, Thomas Vintenberg, Sören Kragh-Jacobsen y Kristian Levring. Los cuatro se dedican a visionar parte de sus películas, buscando dónde se han saltado alguno de los puntos del Dogma, y todos reconocen que en algún momento han roto su propio manifiesto: Lars von Trier ha preparado la escena de sexo en Los idiotas con lo cual no es una escena real, Sören Kragh-Jacobsen ha planificado una secuencia de cama desde un punto de vista estético,... y así los cuatro. Todo está lleno de una falsa intelectualidad, con un discurso vacío tremendamente aburrido. Se atreven a hablar del cine en sus comienzos, de los hermanos Lumiére diciendo que el espíritu de aquellas películas era un espíritu Dogma. Por cierto, si la intención de este grupo de mentes preclaras era cambiar el cine, romper con los moldes industriales, ¿por qué se suben al carro de la fama y de los premios acudiendo a Cannes vestidos de esmoquin y muy contentos de estar allí? (salen imágenes de Cannes 1998 cuando Thomas Vintenberg recogió un premio por Celebración). Todo suena a impostura, a mentira gorda. Y que conste que hay algunas películas adscritas a este “movimiento” que me han gustado, como, por ejemplo, Italiano para principiantes o Un hombre de verdad.

Por cierto me acabo de inventar el movimiento “Axioma 03”. Para el que quiera apuntarse ha de cumplir tres condiciones:

         .- Rodar sólo en planos fijos.

         .- Rodar en blanco y negro.

         .- Rodar utilizando sólo planos medios.

¿El por qué de estos tres puntos?. Pués...no lo sé y además es que da igual.

 

.- (**) Kassablanka (Guy Lee Thys e Ivan Boeckmans, Bélgica, 2003): Nuevamente se plantea el tema del racismo latente en Europa, los movimientos neonazis, los “moros de mierda” (como les llaman), el fanatismo y machismo, todo mezclado con algunas dosis de homosexualidad y drogas. En este caso en la ciudad de Amberes. La acción se inicia el domingo anterior al 8 de octubre de 2000 cuando en las elecciones el partido flamenco de la ultraderecha obtuvo un 30% de los votos. Durante esta semana asistimos a las vidas de dos familias, una de marroquíes y otra de flamencos. La hija de los primeros y el hijo de los segundos se enamoran, en plan Romeo y Julieta. Más allá de la política está el amor entre las personas. Refleja muy bien la situación actual en Europa, donde se está produciendo una auténtica revolución demográfica que es el mejor ejemplo de la globalización. Tendemos a sociedades multiétnicas donde las diferentes culturas debemos aprender a convivir en paz, siendo respetuosos unos con otros, lo que indudablemente está generando roces. Hay una secuencia divertida cuando el primo nazi afirma que en The Matrix no hay árabes porque como está ambientada en el futuro no queda ni uno (humor negro a tope).

 

.- (**) Desde que Otar se marchó (Depuis qu´Otar est parti, Julie Bertuccelli, Francia-Bélgica, 2003): Muy bien. Una joven cineasta que ya acumula bastantes trabajos para cine y televisión. Está muy bien contada. No tiene altibajos. Es una triste historia, donde todo gira en torno a la abuela de la familia, una vieja y culta comunista (“estalinista” le llama la hija) que parece añorar los tiempos en que Georgia era una república dependiente de Rusia. Llama la atención cómo presenta a este país ya independiente: la luz se corta a menudo, el agua se corta y los servicios médicos los tienes que pagar directamente al médico e ir a buscar las medicinas a la farmacia. Los georgianos montan mercadillos para vender sus escasas pertenencias. Desde luego, el comunismo del hambre, como escribía Pío Baroja es lo que la URSS dejó a estos países. Aplaudida.


 

 

PUNTO DE ENCUENTRO (cortometrajes):

 

.- (*) Desperado (Yves Bex, Bélgica, 2002): Cortometraje. Animación. Poco que decir. Un niño que está calvo (¿por cáncer?) es objeto de las burlas de sus compañeros y le pintan la cabeza. El niño pinta indios y vaqueros que, gracias a su imaginación, toman vida. Al final, provoca sin querer un accidente de su profesora que sale despedida de su coche y el niño se refugia debajo del pelo de la profesora que yace en el suelo.

 

.-(**) Les fables en délire (Fábulas delirantes, Fabrice Luang-Villa, Francia-Bélgica, 2003). Cortometraje de animación. Muy divertido. Los efectos sonoros juegan un papel fundamental. La gente se ha reído y aplaudido bastante.

 

TIEMPO DE HISTORIA:

 

.- (**) Extranjeras (Helena Taberna, España, 2003): Documental. Muy bien. Es un retrato multiétnico de la nueva sociedad, en este caso madrileña, dado que está centrado en su provincia (Madrid y municipios de alrededores como Alcalá de Henares y Alcobendas). Muestra cómo es la vida en nuestro país de mujeres que son inmigrantes o que ya han nacido aquí (las más jóvenes). Polacas, rumanas, marroquís, peruanas, ecuatorianas, sudanesas, de África,...De todo el mundo. Taberna las deja hablar con gran naturalidad y te transmiten una autenticidad de sentimientos muy veraz. No hay trampa ni cartón. No estaría de más que el siguiente trabajo fuera Extranjeros o el caso de tantas mujeres que no han logrado asentarse como éstas y se dedican a la prostitución, a la mendicidad, etc. Aquí este aspecto apenas sale, tan solo, una mujer, creo que rumana, pidiendo limosna en la calle junto a su hijita, yo sólo he podido fijarme en los ojos de esa niña, de mucha tristeza, mirando a su madre. Aplaudido.

 

.- (**) El desierto y las olas (José Antonio Zorrilla, 2003): Documental fuera de concurso. Tremendo. El hambre de Áfricas, las pateras del Estrecho, la frontera mexicana,... Historias muy duras que en algunos momentos se hacen insoportables de ver por el dolor que transmiten. Ver a los niños de África muriéndose de hambre, con las tripas hinchadas a punto de estallar, el sida, los campos de golf de Kenia al lado de las chabolas. Familias que sólo comen la corteza de los árboles. Es todo tan duro. ¿Cómo es posible que los países desarrollados no luchen con todas sus fuerzas para acabar con estar barbarie? ¿Por qué se gastan miles de millones en armas? ¿Por qué dejamos que esos niños sigan llorando y muriendo?. No hay palabras. Sólo lágrimas y una gran sensación de impotencia, de rabia. Y después de ver esto, seguimos viviendo, escribiendo,...

        

COSTA-GAVRAS:

 

.- (**). Hanna K. (Costa-Gavras, Francia-Israel,1983): Inédita en España. Hay algo que falla en esta película. El comienzo es magnífico, la tranquilidad de una casa árabe que tomada por el ejército israelí es volada por los aires. Observamos, desde dentro, la lucha de Hanna (Jill Clayburgh) para que se haga justicia y se le entregue a un árabe la casa que él reclama y que ahora está en territorio judío. Toda esta parte está estupendamente contada, muy clásica, muy al estilo de Gavras, pero... el interés decae cuando se mezcla la historia de su marido que viene de París, la indecisión respecto a su relación con el judío que hace de fiscal y que además es el padre de su hijo y con el árabe, que al final resulta que sí era un terrorista. Pero todo esto no está bien estructurado y es una lástima. Gavras debería haberse centrado más en el tema político y menos en las vicisitudes amorosas de Hanna. El director toma partido claro por esos árabes que han sido desposeídos de sus casas y de sus tierras por la ocupación judía. Hay varias secuencias que así lo muestran, por ejemplo, cuando Hanna es presionada para que cierre el juicio, le dicen que los judíos han sufrido durante dos mil años y hacen mención al Holocausto y que si hace falta, privarán a otros de sus derechos para que ellos puedan vivir en esa tierra.

 

JOSÉ LUIS OZORES:

 

.- (***) Esa pareja feliz (Luis García Berlanga y Juan Antonio Bardem, 1951): Sigue siendo una delicia por la que, aunque el tiempo pase, se sigue viendo con gracia y sus chistes y situaciones siguen funcionando. Se trataba de la primera película profesional realizada por alumnos del I.I.E.C. y la primera producción de “Altamira”. Habiéndola visto varias veces, en esta ocasión me he fijado en tres cuestiones que antes no me había percatado: la presencia de la prostitución con Madame incluida (de este mismo año es Surcos), la mención que hace Juan Granados (Fernando Fernán-Gómez) a la guerra civil y el saludo de “Buenos días” que hacen a los vecinos del patio y que me recuerda mucho a Milagro en Milán (Vittorio de Sica, 1951) donde hay una secuencia que va dando los “buenos días” a todo el mundo. Y un detallito, en el teatro, encima de una de las puertas puede leerse “Concha Piquer”.

 

.-(*) El hombre del paraguas blanco (Joaquín Luis Romero Marchent, España-Italia, 1957): Una comedia fallida muy al estilo de Calabuch o de ¡Bienvenido, Míster Marshall! por el escenario en que se desarrolla, aunque muy inferior a éstas. Un pueblo de aquellos que imaginamos de la España profunda donde todos van con boina y son muy brutotes, aunque en el fondo es buena gente que se ayudan unos a otros. Incluso José Luis Ozores vuelve a vestirse de torero como en Calabuch. El cura, el alcalde, el maestro, el médico, el farmaceútico,... las fuerzas vivas de Torre Baja reunidas para tratar de comprar más fuegos artificiales y así vencer al pueblo rival de Torre Alta. Resulta llamativo dos detalles: el gran cuadro de Franco que preside la sala de Juntas del ayuntamiento de Torre Baja y el símbolo de la Falange que se ve encima del balcón. Aunque parezca mentira, no son cosas que se vean muy frecuentemente en las películas de esta época, ni siquiera en las de Sáenz de Heredia. Detalle del autocar lleno de turistas franceses. Falla el guión que parece cortado a machete. Las secuencias están mal encajadas unas con otras, e incluso los planos que las componen no combinan adecuadamente, lo que sorprende en un director que ya había rodado varias películas, entre ellas la espléndida Fulano y Mengano (1955). El montaje es pésimo. Y al mismo tiempo hay secuencias muy buenas como por ejemplo cuando buscan al bebé que supuestamente ha dejado la cigüeña. La aparición del ángel y los milagros posteriores, no vienen a cuento de nada y desinflan totalmente la película, un planteamiento mucho más realista habría dado mejor resultado. De todas maneras es una película de buenos sentimientos que se ve con agrado. Y como dice de forma reiterativa uno de los personajes, el “traca”: “estamos como tartanas”.

 

.- (*) Salto mortal (Mariano Ozores, 1961): Antes de la proyección Mariano Ozores nos advirtió que era una película muy ingenua. Lo que sin duda es muy cierto. Es una película muy pobre en su desarrollo. Hay una secuencia torpemente desarrollada donde José Luis Ozores parece un mal Charlie Chaplin, jugando con la sombra de la chica de la que está enamorado. Al finalizar los títulos de crédito juraría que en la dirección aparte de Mariano Ozores, figuraban también Juan G. Atienza y otro nombre que no pude leer.

 

.- (**) La hora incógnita (Mariano Ozores, 1963): Una película muy curiosa del cine español y que nada tiene que ver con el cine que este director hará más tarde. Una población (no se dice cuál) ha sido evacuada de forma muy precipitada. En torno a las 10 de la noche un misil de “cabeza atómica” va a caer por error en esa localidad. Sin embargo, un grupo de gente se ha quedado: un vagabundo que no se ha enterado, un “listo” que aprovecha para robar, un pobre hombre que busca a su gato, una pareja de “infieles”, una prostituta que dormía durante el día, un policía que persigue a un ladrón, un cura que toca las campanas, dos viejas que aprovechan para cotillear en casa de las amigas... Todos ellos tratan de escapar de la ciudad antes de cumplirse la hora pero al final no lo logran y el misil cae. Esta secuencia final se desarrolla en la iglesia. Indudablemente la reciente crisis de los misiles de Cuba propiciaron estas temáticas. La película está bien narrada, mantiene bien la tensión hasta el desenlace. La fotografía en blanco y negro está muy conseguida. El sonido era pésimo.

 

ESCUELAS DE CINE: ECAM (MADRID):

 

Al final de cada corto hay un rótulo que te comunica que la historia, su argumentación y todo lo relacionado con la misma ha sido libremente elegida por los alumnos en virtud de su derecho de expresión. Vamos que los alumnos ha tenido carta blanca para elegir sus temas. Ninguno de los tres cortos presentados ha sido aplaudido. Había cierta frialdad en la sala. En la sala Fernando Méndez-Leite como Director de la ECAM.

 

.- (*) Cita (Luis López Varona, 1996): Primer cortometraje del primer programa de la ECAM. Ni frío ni calor. La forma está bien, pero el fondo es lo que falla, es decir, la historia, que te deja muy indiferente. Como práctica es correcta. El gancho de Eduardo Noriega no funciona. Queda un poco ridículo lo del camarero transexual.  Este aspirante a director, que yo sepa, no ha conseguido rodar un largo.

 

.- (**) Paraíso (Jesús Almendro, 1997): De los tres, el mejor. Una historia muy convincente donde Irene Visedo está fenomenal. Está muy bien narrada, con un acompañamiento musical muy correcto que no carga las secuencias. Aunque no pasa nada especial, la sigues con interés, y eso demuestra talento en el aspirante a director. Tampoco que yo sepa ha rodado un largo.

 

.- (*) Vínculo (Carlos Muguiro Altuna, 1997): De los tres, el más complicado de rodar, dado que juega con bastantes personajes durante treinta minutos.  Aquí falla algo la forma, pues en varias secuencias hay desenfoques. No es mal trabajo aunque le falta transmitir sensibilidad. También utiliza el gancho de un actor ya conocido entonces Ernesto Alterio que está bien, aunque no destaca especialmente. Ídem respecto al largo.

 

Promoción 2003:

         El rótulo al que antes aludía desaparece en las nuevas promociones. Pase en el Teatro Calderón con presencia de todos los directores, personal de la escuela y de Fernando Méndez-Leite. Todos los trabajos han sido aplaudidos.

 

.- (*) 1 Fijo (Antonio Durán): Comedia. Resulta gracioso el planteamiento. No está mal contado. Gira en torno al fútbol, las quinielas y el “Atleti”.

 

.- (**) Calla para siempre (Jorge Dantart): Otra comedia con el tema de las bodas y las parejas. Bien. Aparece Fernando Colomo haciendo de cura y Fernando Méndez-Leite (que no habla) como el padre de la novia. Álvaro García y Valeria Arribas, los dos intérpretes principales, demuestran muy buenas maneras, de hecho participan en varios de estos cortometrajes.

 

.- (0) EPTSD Gonzalo Ercilla (Luis Deltell): Muy ingenuo. Una historia de amor entre niños. El final resulta tonto.

 

.- (*) La guarida del ermitaño (Jaime Alonso de Linaje): Historia de terror con el monstruo de los celos actuando. Está bien narrada. La tensión es creciente.

 

.- (*) Los niños del jardín (Manuel Martínez Velasco): Este director es hijo de Concha Velasco que protagoniza este cortometraje que está claramente inspirado en Encuentros en la tercera fase de Steven Spielberg. No está bien contado y resulta un tanto pesado.

 

.- (*) Martín Panero (María Pulido): Falso documental sobre un músico que ha logrado el éxito.  Poco que decir.

 

.-(0) Terrones (Lourdes Monterrubio): Me gustaría que la directora me explicase qué es lo que ha querido decir. Una historia muy mal contada que a mí, particularmente, me ha resultado muy confusa.

 

.- (*) Usar y tirar (Daniel García-Pablos): Bien. Una historia sencilla, bien contada, aunque tiene un punto de inverosimilitud al final (no resulta creíble que el joven atleta negro no explique el por qué persigue a la mujer del coche) esto está muy forzado.

 

PAÍS INVITADO: BÉLGICA

 

Sesión de films surrealistas:

 

.- (**) Mr. Fantômas (Ernst Moerman, 1937): Un cortometraje de 24 minutos que hubiera hecho las delicias de Luis Buñuel. Llama la atención el año de producción que es quizá un tanto tardío respecto al movimiento de los años veinte. De todas formas es surrealismo puro, es decir, imágenes que carecen de sentido y una historia, si se la puede llamar así, muy alocada, con muchos curas y muchas monjas. Una mujer en la playa escribiendo a máquina hasta que el agua le cubre. Un cura con la sotana abierta y con enaguas. Una bañera en medio de la playa. Un increíble traje que lleva la monja con los pechos de punta. Y así muchas secuencias. Hay una recreación del cuadro de “Ofelia” de los prerafaelistas (creo que de Gabriel Rossetti). Es muda. Intercala rótulos. Blanco y negro.

 

.- (***) L´imitacion du cinéma (Marcel Mariën, 1960): Ciertamente curiosa. Mediometraje en blanco y negro de 40 minutos. Tiene imágenes sorprendentes. Un joven está viendo en un banco una revista de mujeres ligeras de ropa. Un cura se sienta a su lado. Al enfocar al cura sólo se oye ruido de serruchos. El cura le quita la revista y le da un libro de “Imitación de Cristo”. El chaval se pone a leerlo con interés. Va a un comercio a comprar una cruz grande. En el comercio hay de todo: cruces grandes, pequeñas, “de todos los colores del arco iris”, velas en forma de cruz, etc. El chaval compra unas cruces pequeñitas al peso que luego se las deja a un ciego que está pidiendo limosna y éste responde “hay cada gilipollas por el mundo”. El chaval encarga una cruz grande a un carpintero, pero éste la hace mal y es muy corta. El cura le ayuda a ser clavado, de forma figurativa, en la cruz. Luego conoce a una prostituta que lleva entre sus provocativos senos una brillante cruz que le atrae. Hay un movimiento magnífico donde la cámara  se acerca a la entrepierna de ella que abre poco a poco las piernas y la cámara avanza hacia un espacio sumido en la oscuridad más absoluta. La música es magnífica y obra de André Souris.

 

.-(**) Le banc (Patrick Van Antwerpen, Bélgica, 1971): En el banco de un parque se juntan variopintos personajes que miran al cielo esperando que salga el sol. Resulta entretenido. Podría definirse como “el cine del absurdo” donde no hay lógica en las acciones.

 

.-(**) Les aventures de Bernadette Soubirou (David McNeil, Bélgica, 1973): Otra deliciosa locura, donde aparecen personajes sin ninguna lógica. Un vampiro, Quasimodo, Supermán, ... Tiene mucho ritmo y resulta muy divertido ver el absurdo de sus situaciones.

 

.-(**) Agulana (Gérald Frydman, Bélgica, 1976): Cortometraje de animación  ciertamente sorprendente. En una ciudad se está retransmitiendo por radio un concierto. Los muebles de madera se van “tragando” a la gente. Los árboles se van transformando en cubos de madera. Las paredes se convierten en panales de madera. La gente va desapareciendo atrapada en esos paneles. Al final todo es madera. Al final, todo se ha convertido en una gran cómoda de madera con cajones, que está situada en un valle con montañas al fondo. Tiene mucho de Magritte.


 

 

SPANISH CINEMA:

 

         Dado que son títulos ya estrenados y comentados, me limitaré a un breve apunte.

 

.-(***) La vida mancha (Enrique Urbizu, 2002): Excelente. Buenísimas interpretaciones y una historia muy bien construida. No tiene huecos.

 

.- (***) Las horas del día (Jaime Rosales, 2003): Muy buena. Terrible. Todavía tengo el cuerpo angustiado.

 

.- (***) Soldados de Salamina (David Trueba, 2003): Muy bien. Lo único que chirría es la espantosa interpretación que de Rafael Sánchez Mazas hace Ramón Fontserè, es mejor que cierre la boca. Joan Dalmau está genial.

 

.- (*) Las manos vacías (Marc Recha, 2003): No me convence. Parece que la única “modernidad” es romper con la línea narrativa convencional y situar la cámara fuera de los espacios donde se desarrolla la acción. Tediosa. No hay tensión.