GOYAS del 2017

32º Edición

 (3 de Febrero de 2018)

Dirección: Manel Iglesias y Cristina López

Realizador: Luis Campoy

Presentadores: Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla

Madrid Marriott Auditorium Hotel

 

Por Ernesto J. Pastor (Cinepastor)

Historiador cinematográfico (A.E.H.C.)

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Al igual que en años pasados me limitaré a exponer unas cuantas apreciaciones personales (positivas y negativas) de la Gala de los Goya de este año sin entrar en los premios o en las valoraciones críticas de los títulos galardonados o no. Y siempre con el ánimo de realizar pequeñas aportaciones parciales que sirvan para que algún año, y de forma generalizada, se pueda afirmar que ha sido una Gala estupenda, divertida, entretenida y sobre todo corta. ¡Se puede hacer! Y por supuesto, y es mi privilegio, escribo con absoluta libertad (no muchos pueden decirlo)

 

http://cinepastor.es/GOYAS%202016.htm (4 de febrero de 2017)

http://cinepastor.es/Goyas%202015.htm  (6 de febrero de 2016)

 

 

1.- En primer lugar prosigo con mi lucha en solitario a la hora de denominar estas Galas, ya sean Oscars, Globos, César o Goyas. Como sabemos se premian las películas del año anterior, por lo tanto debería hablarse de los Goyas del 2017 independientemente de que se entreguen en el 2018. Para mí es un error que se viene arrastrando desde cualquier primera edición y que genera notables errores históricos (será defecto profesional)

 

2.- De nuevo, y parece que no aprendemos de los errores cometidos, la duración es una atrocidad. Este año empezó a las 22:05 h. como estaba previsto y finalizó a las 01:18 horas. Es decir 3 horas y 13 minutos. Si tenemos en cuenta la breve pausa de 3 minutos (entre las 00:34 y las 00:37 h.) tenemos 190 minutos. ¿Qué necesidad hay de aburrir al personal de forma tan prolongada? Si ya se hace cuesta arriba para los que vivimos en “modo cine” ¿cómo será para el resto de los mortales? Por favor Señores y Señoras de la Academia de Cine y de RTVE replantéense esta importante cuestión. Con dos horas, e incluso algo menos, debería ser más que suficiente. Impagable el gesto y las palabras de Carlos Saura al entregar el último premio: “hemos llegado al final, que… hemos resistido” (y gesto con las manos de hartazgo, eso sí acompañado de risas)

 

3.- Penosa la presentación de Joaquín Reyes y de Ernesto Sevilla. Los comentarios en redes, especialmente en el hastag #Goya2018 eran demoledores. Ya sabemos que la opinión de unos pocos no debe ser considerada como axioma incuestionable, pero es innegable que es, hoy en día, un aceptable indicador de las sensaciones, impresiones, que parte de los espectadores, la audiencia, están percibiendo. Y lo que es más importante: sin censura y sin motivaciones profesionales o intereses personales (con contadas excepciones). No supieron en ningún momento conectar con los asistentes y mucho menos con los telespectadores. Y no es por utilizar un humor supuestamente “surrealista”.  Desde luego no es fácil encontrar a la persona (o personas) indicadas.

 

 

4.- En consonancia con el punto 3, el guión (sí, yo lo sigo escribiendo con tilde porque así se ha hecho toda la vida) fue igualmente penoso. Según créditos finales fue obra de Cristina López (también realizadora), David Galán Galindo, Raúl Díaz Rivas, Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y Miguel Esteban. Parece mentira que cometan el error de parvulario de creer que lo que es gracioso en papel lo es incuestionablemente en el escenario. Terrible soltar bromas, chistes, graciosidades y que nadie, o muy pocos, se rían. Se tenía la sensación de poder cortar el hielo de la sala. Quizás me equivoque pero podrán ser excelentes humoristas de sketches (por Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla) pero la estructura de un guión que dura 190 minutos no puede ser una sucesión de bromas aisladas. ¿A qué viene Juan Antonio Bayona con pamela? ¿”Dónde no hay mata no hay patata”? ¿Morty Mortensen Mortimer?... Sobran todas estas sandeces.  

 

5.- Los tres sketches “Actores primordiales” (22:55 a 22:57 h.), “Musas” (00:24 a 00:27 h.) y “Karra Elejalde” aún estando correctamente insertados en la estructura del guión, no venían a cuento de nada y eran más propios de programas como “La hora chanante” o similares. No aportaron nada y lo único que consiguieron es aumentar, de forma innecesaria, la Gala.

 

6.- Las intervenciones de Pepa Charro (reivindicando el papel de las mujeres), Carlos Boyero (en vídeo grabado y explotando su hiriente mordacidad), de Cristina Castaño (con su “broma” a Penélope Cruz, a Antonio Banderas y sus colonias…) y de Paquita Salas (que no tengo ni idea de quién es pero que, por lo leído en redes, debe ser un personaje conocido…) son intervenciones poco o nada relevantes que sólo se traducen en más tiempo, en romper el ritmo de la Gala y en poco más. Todo el monólogo de Pepa Charro reivindicando más presencia de las mujeres ya figura a nivel institucional en el discurso de la vicepresidenta de la Academia. Son reiteraciones innecesarias.

 

7.- Parece que siempre se tiene que buscar un leitmotiv para dar más contenido, más enjundia a la Gala. Este año se han apuntado al tema de la escasa presencia de las mujeres en el mundo cinematográfico. Es cierto que su visibilidad en casi todos los sectores (Cine, Empresa, política, premios Nobel…) no representan ese 50,94% que a nivel cuantitativo tienen en España (datos del 2017) y no dudo que han sufrido durante siglos el desprecio, la humillación, el abuso de los hombres. Y por desgracia siguen sufriendo. Mucho se ha avanzado y mucho hay que seguir avanzado. En lo que a mí respecta jamás he tenido, jamás he sentido, que hubiera que tratar de forma distinta a una compañera, a una amiga, por el hecho de ser mujer. Y siempre recuerdo una vieja canción infantil que dice “no somos iguales, somos diferentes, pero eso nos tiene que dar igual”. Yo creo que ahí reside el secreto: todos somos diferentes, hombres, mujeres, negros, blancos, amarillos, católicos, cuáqueros, altos, bajos…. Pero todo eso nos tiene que dar igual a la hora de convivir. Y tengo la sensación que esta cuestión, incluido los abanicos rojos, ha sido algo muy improvisado y a los hechos me remito (dos presentadores masculinos). Eso sí, estoy en contra del tema de las cuotas que creo hacen un flaco favor a su justa reivindicación. NO a las cuotas. SÍ al talento y a la capacitación, de quién sea.

 

8.- Bien por la casi nula presencia de comentarios de índole político en la Gala. Siempre he opinado que no es el lugar adecuado. Y sobraba, aunque está en su perfecto derecho, la mención del “No a la guerra” que hizo Marisa Paredes al recibir su merecido Goya de Honor. Por cierto no puedo compartir con la Academia que dos años seguidos hayan sido para actrices (el año pasado Ana Belén). Y reivindico el próximo Goya de Honor para Julio Diamante, Jorge Grau, Javier Aguirre, Román Gubern

 

 

9.- Tremendamente soso el vídeo homenaje a Marisa Paredes. Trocitos de alguna de sus intervenciones uno detrás de otro sin ritmo, sin tensión, sin sustancia, propio de cualquier videoaficionado de YouTube.

 

10.- Me he quedado de piedra cuando los ganadores del Goya a los mejores efectos especiales, Jon Serrano y David Heras (“Handia”) no se lo han dedicado a Reyes Abades que falleció el 1 de febrero. Supongo que los nervios, la emoción, pero era algo tan evidente. Además Abades estaba nominado en esta categoría por dos películas (“Oro” y “Zona hostil”). Supongo que los ganadores se darían cuenta después de su error. O no. Muy emocionante cuando Jorge Sanz ha pedido una  “fuerte ovación para el gran maestro Reyes Abades” y todo el auditorio se ha puesto en pie en un largo aplauso general (lo he cronometrado: 64 segundos)

 

 

11.- Tampoco me ha gustado la interpretación que ha realizado Leonor Watling (Marlango) de fragmentos de las cuatro canciones nominadas a la mejor música original. De verdad no es necesario buscar presuntas originalidades (creo que ha sido idea de Yvonne Blake ausente por enfermedad). Si algo funciona, no lo toques. Y siempre ha funcionado, creo yo, un pequeño fragmento en pantalla de cada canción, como se ha hecho con las bandas sonoras.

 

12.- Debería ser norma de estricto cumplimiento que cuando suben varias personas a recibir el premio (papás, mamás y profesionales) sólo debería hablar una persona y dar las eternas gracias en nombre de todos. Es insufrible que cada uno agradezca a su padre, a su madre, a los hermanos, al gato, al perro, a mi hámster al que quiero mucho…. Estamos de acuerdo en que debe ser un momento maravilloso que ya quisiéramos vivir muchos pero ¡Hombre! ¡Mujer! intentemos controlar las lógicas emociones y tengamos mínimamente preparadas algunas breves y acertadas palabras (¿quién se cree eso de qué no tenía nada preparado?...)

 

13.- Y por último acertado discurso de Mariano Barroso y Nora Varas (vicepresidentes de la Academia de Cine, Yvonne Blake, la presidenta está convaleciente). Breve, conciso, con las palabras justas y acertadas. Se vuelven a superar los 100 millones de euros de recaudación con las producciones españolas, si bien, tanto la recaudación como el número de espectadores ha descendido con respecto al 2016 (algo que no citan en el discurso). Eso sí, no veo muy equiparable esa fórmula que asocia la discriminación laboral de género con la lacra de la violencia de género. Sociedades muy avanzadas en igualdad de género como Suecia, Dinamarca o Finlandia, presentan unos índices de violencia de géneros muy superiores a los del resto de Europa, al parecer, y no soy sociólogo, no es porque haya más casos sino porque denuncian más… Y por supuesto la justa mención a que el IVA no se ha rebajado del 21%  aunque me temo que el día que esto ocurra (porque se hará) el precio de las entradas bajará ligeramente en el muy corto plazo para al cabo de unas semanas volver a los precios actuales aprovechando cualquier excusa. Debería haber un compromiso firme por escrito de los exhibidores a este respecto para que eso no suceda y realmente sean los espectadores (y el Cine en general) los beneficiados.

 

En definitiva y como viene siendo habitual (y es una pena) una Gala laaaaaarga, tediosa, sin garra, que no aprovecha eficazmente esa privilegiada posición de liderazgo en la noche de un sábado, por TVE-1 y en prime time. Sí, fue líder en audiencia con un 19,9% de cuota de pantalla y tres millones de espectadores y a pesar de esto fue la segunda menos vista en diez años (el peor dato se obtuvo en 2008). Más allá de esos datos fríos y relativamente “positivos” (en los que no deberían escudarse los responsables) debe prevalecer siempre la sensación final transmitida y creo que ésta no mereció el aprobado de los espectadores.

 

 

(Fotografía de los nominados del 15 de enero de 2018)

 

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